Una vez que la hice me di cuenta que en sabor es muy similar a la receta de budín de limón del Libro del Crandon, aunque es más sencilla de hacer. Me encantó la idea de hacerlos en tazas de té y servirlos de esa forma, del horno a la mesa, sin complicarse, salen unos 8 budines (según el tamaño del molde) y resulta un postre ideal para una mesa de varios.
Estos budincitos sirven como postre o para la hora del té. Se pueden consumir casi enseguida de sacarlos del hornos, tibios.
Batir
80 gr. manteca blanda
1 taza de azúcar
Agregar de a uno y seguir batiendo
3 huevos
ralladura de limón
Una vez que esté todo bien cremoso vamos agregando y seguimos batiendo (como salpica es conveniente poner un trapo para cubrir el bowl).
1/2 taza jugo de limón
1 1/2 taza leche
Cernir encima y seguir batiendo hasta que esté todo integrado
1/2 taza de harina
1 cta. polvo hornear
1/2 cta. de sal
La mezcla queda bastante líquida y con apariencia de leche cortada.
Verter en moldecitos de muffin, ramekines o tazas de té (a prueba de horno) enmantecadas. Se pueden llenar casi hasta el borde ya que no crecen desmedidamente y cuando los sacamos del horno se desinflan un poco.
Llevar a horno precalentado a unos 200 ª C por unos 20 minutos. O hasta verlos dorados y que hayan crecido.
Dejarlos reposar un ratito con el horno apagado antes de sacarlos.
Tibios quedan deliciosos y aunque en casa los comimos simplemente espolvoreados con azúcar y canela, me puedo imaginar que la combinación del budín tibio y una bocha de helado por encima debe de quedar impresionante.
Los que sobraron los guardé en la heladera y los niños se llevaron una versión desmoldada para la merienda del cole.
Se ven riquisimos, voy a prepararlos y luego te comento otra vez para contarte cómo me quedaron.
ReplyDeleteSaludos!
Me encantaría saber como te quedaron! A mi, si lleva limón...me fascina!!!
ReplyDeleteSaludos