No somos religiosos -más allá de que respetamos las creencias de cada quien- pero este viernes santo nos dio por comer pescado y aprovechamos un hermoso lomo de salmón chileno que teníamos en el freezer. Esta vez fue Marce el que se lució en la cocina. Lo cocinó a la manteca negra, acompañado con un pastel de espinacas y arroz integral y unas tajaditas de palta. Quedó de rechupete.
Descongelar el salmón a temperatura ambiente. Una vez fresco, salpimentarlo y agregarle un chorrito de jugo de lima para dejarlo macerar en el refrigerador hasta el momento de su cocción (en nuestro caso fueron 2 horas).
En una paellera o sartén colocar:
2 Cdas. repletas de manteca y un chorro de aceite de oliva.
Dejar al fuego hasta que la manteca tome color.
Agregar el lomo de salmón con la piel hacia abajo y dejarlo cocinando a fuego medio unos 20 minutos (depende siempre del tamaño del lomo).
Chequear la cocción e ir bañando la parte superior del pescado con la manteca negra y los jugos del pescado. Se le puede agregar un poco más del jugo de lima.
Una vez pronto, agregar unas cuantas alcaparras y al momento de servir, echarle cilantro fresco picado por encima.
A este pescado lo acompañamos de un pastel de espinaca y arroz integral gratinado con queso cuartirolo y parmesano rallado. Para darle un toque de frescura al plato, lo servimos con palta rociada con limón, aceite de oliva, sal y pimienta negra recién molida.
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