Las fotos hablan por sí solas, este postre no necesita ni receta. Inspirado en los fantásticos merengones que nos comíamos al borde de la carretera en La Calera (Colombia). Una delicia total. Las frutillas -o más bien fresas- bogotanas son espectaculares. Así que cuando conseguimos lindas frutillas acá, este es el postre obligado en casa.
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