Photo by: Nathalie Beauvois |
Este frutito en la sección de las frutas del súper me tenía intrigada, el aroma me llamó mucho la atención, muy muy perfumado, pregunté y me dijeron que era guayaba, la verdad que no les creí nada porque para mí las guayabas eran más grandes, aunque si tenían ese dejo aromático tan característico. En otro súper me pasó lo mismo, vuelta a preguntar y otra vez: guayaba. Así que para no andar contradiciendo sin tener conocimiento de causa, me llevé unos cuantos para probar en casa. Son bien chiquitos, de pulpa más bien amarillenta (capaz los tengo que dejar madurar más para que viren al rosado que uno asocia con la guayaba). En todo caso, los probé y me parecieron ricas aunque sin enloquecerme, son un bocado perfumado, con un sabor sutil, lo que más me gustó es que no son excesivamente dulces y tienen un toque ácido.
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